domingo, 27 de septiembre de 2009

Intervista a La Naciòn

"El Teatro Colón no es una isla"

A días de dejar su cargo de director del coro de la sala para trabajar en Nápoles con Riccardo Muti, el músico evalúa su experiencia

Sábado 26 de setiembre de 2009 | Publicado en edición impresa

FOTO

"El Teatro Colón no es una isla"VOLVER. Aunque trabajará en Italia, Caputo afirma que no cortará los lazos con la Argentina Foto: MARIANA ARAUJO

Por Pablo Gianera
De la Redacción de LA NACION

Fue impresionante cuando dije que me iba. Hubo escenas muy conmovedoras. Lo que pasa es que acá los organismos están acostumbrados a que un director se va cuando lo echan", dice Salvatore Caputo, con fuerte acento italiano, después de uno de sus últimos ensayos con los ciento diez cantantes que integran el Coro Estable del Teatro Colón, la agrupación que dirige desde hace cinco años. "Son magias que se generan o no -explica-. En este caso, se generó. Yo fui honesto con ellos; les dije que no iba a estar más de cinco años. El poder desgasta; estoy en contra de la reelección en cualquier orden. Pero me voy muy contento. El Colón me trató muy bien."

Caputo dejará el cargo que ocupaba hasta ahora en Buenos Aires, y que mantuvo a pesar de las profusas peripecias directivas del Colón, para trabajar al frente del coro de la Ópera de Nápoles, con la conducción general de Riccardo Muti. "En otros años, yo había tenido algunos ofrecimientos. Pero decidí irme porque me di cuenta de que había cumplido un ciclo: parte del coro se jubiló y otro grupo entró conmigo como contratado y queda estable. Lentamente, hubo una renovación. La verdad es que si el ofrecimiento de Nápoles no hubiera sido tan bueno, habría hecho una excepción a la regla y habría llegado hasta la reapertura del teatro. De todas maneras, voy a volver porque mi mujer y mis hijos son argentinos y para seguir además con el proyecto que tengo en el Ministerio de Educación de la ciudad de llevar ópera a las escuelas, sobre todo de barrios pobres. Montamos El barbero de Sevilla y los chicos hacen la escenografía."

-¿Cómo llegó la convocatoria de Nápoles?

-Me eligió el equipo artístico de Muti. Es muy excitante para mí. Lo interesante es que el Teatro di San Carlo se reabre en enero. Voy a hacer una temporada de concierto hasta diciembre, y después, para la reapertura, La clemenza di Tito. Muti va a ser el director musical. Ahora está Jeffrey Tate, que va a quedar como director invitado. La presencia de Muti allí es muy especial porque es el primer teatro al que va después de La Scala. Yo hice con él Orfeo en 2003.

-Usted trabajó con Muti y también con Claudio Abbado, dos directores italianos que no se llevan del todo bien. ¿Qué características reconoce en cada uno de ellos?

-Abbado es más técnico. No es un director realmente italiano; es más bien de la escuela de Viena, por eso tiene tanta coincidencia con Zubin Mehta y con Seiji Ozawa. Es una escuela más técnica que, por ejemplo, apunta mucho a la memorización de la partitura. Muti, en cambio, es un típico director italiano; esto se nota en los tempi . Italia siempre se divide en dos: Callas o Tebaldi, y así con todo? A los italianos les gusta eso. Pero es cierto que incluso políticamente tienen ideas distintas: Abbado es más progresista y Muti, más conservador. Yo trabajé con los dos y los dos eran eficaces: con Muti uno estaba más pendiente del ritmo; Abbado conseguía un sonido más dulce, los arcos tocaban más legato . Creo que acá, en el Colón, la orquesta también tendría que tener experiencias musicales distintas.

-En los cinco años que estuvo en el teatro, le tocaron tres gobiernos y cuatro directores. ¿Cuál es su evaluación de esos cambios?

-La situación me afectó mucho. Lamentablemente, el Colón fue muy desafortunado porque, en el momento de su cierre, pasaron tres gobiernos. Faltan políticas de Estado a largo plazo. Hay que entender que si se nombra a un director general debe quedar en el puesto hasta cumplir su mandato, programar y desarrollar su temporada. Si no, es complicado tener credibilidad para, por ejemplo, llamar a un artista del exterior. Además, los directores entrantes deberían confirmar los equipos. A mí me confirmaban, pero era el único y eso era poco.

-¿Los cuerpos estables siguieron activos luego del cierre de la sala?

-Acá hubo un error fundamental del gobierno de Aníbal Ibarra: cuando empezó el Master Plan, no se previó que en un momento el teatro se iba a cerrar y que había que alquilar por todo el año una sala alternativa con lugares de ensayo para todos los cuerpos. Cuando finalmente se cerró, ya era tarde. Esas salas no se encuentran de un día para el otro. Pese a todo, el coro siguió activo.

-Pero además Horacio Sanguinetti había decidido que, por lo menos en el caso de la lírica, no habría espectáculos fuera del Colón.

-Su idea era que el Colón afuera del Colón no le interesaba a la gente. Entonces me convocó para hacer más conciertos sinfónicos corales. Yo lo acepté ad honorem y por dos meses. Pero si los cuerpos están pensados para hacer lírica y los pasan a hacer conciertos sinfónicos corales, se encuentran en un campo que no es el de ellos. El coro del Colón es un coro lírico; que haga un sinfónico coral está muy bien, el problema es cuando hace sólo eso. Personalmente, yo hubiera confirmado la temporada que estaba programada para 2008.

-Entonces los problemas del teatro son de índole tanto artística como institucional?

-El Teatro Colón no es una isla. Está en este país. Lo hizo una sociedad que era más rica que la actual. El último momento de gloria del Colón fue en los años 90 porque la Argentina tenía una moneda tan fuerte que podía conseguir cantantes fácilmente. Se tendrían que sentar todas las fuerzas políticas y definir qué teatro se puede hacer. Yo haría dos orquestas y un coro bien pagos en relación con los cachés de América latina, traería algunos artistas de Brasil, hablaría con artistas argentinos en el exterior para ver qué quieren hacer en el teatro y, sobre todo, buscaría en el mundo cantantes emergentes, que están a un paso de ser estrellas. Y después, por supuesto, apoyaría mucho a los cantantes argentinos jóvenes, como Mariana Carnovali, que es excepcional; yo vengo diciendo hace años que va a ser la gran mezzo argentina. Pero es ahora cuando hay que apoyarla; después ya es tarde.

© LA NACION

1 comentario:

  1. Caro Maestro,
    le notizie a conoscenza degli appassionati del Teatro San Carlo non parlano di Muti alla direzione musicale del teatro, ma di Benini.
    Buon lavoro!

    ResponderEliminar